Lecciones de Ruiseñor
Después de la Segunda Guerra Mundial, una joven pareja de maestros apasionados, Madeleine y André Rossignol, se dan cuenta de que los métodos educativos de la época hacen a un lado a demasiados alumnos y que están anclados en una tradición austera que él debe trastocar.
En su clase desarrollan y experimentan la pedagogía en imágenes. Este es el “método” de Rossignol. El concepto: gracias a las mesas pedagógicas, las lecciones cobran vida. Los estudiantes disfrutan aprendiendo y retienen mejor la información, que finalmente se ha vuelto concreta.
Aplican este método a todas las disciplinas, cuestionando así el enfoque de la historia, la geografía, pero también las matemáticas, la gramática y la ortografía. Por ejemplo, André Rossignol estaba en contra de los dictados.
Dada la tasa de éxito de su innovador método, deciden compartirlo, de forma artesanal y autofinanciada. En ese momento, aún no sabían que su herramienta educativa estaría disponible en todas las escuelas de Francia 4 años después .
Desde entonces, Les Éditions Rossignol han cerrado sus puertas. Pero no podíamos dejar que se extinguiera una historia tan hermosa, de la que nos enorgullecemos de ser una suerte de continuidad.
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En su clase desarrollan y experimentan la pedagogía en imágenes. Este es el “método” de Rossignol. El concepto: gracias a las mesas pedagógicas, las lecciones cobran vida. Los estudiantes disfrutan aprendiendo y retienen mejor la información, que finalmente se ha vuelto concreta.
Aplican este método a todas las disciplinas, cuestionando así el enfoque de la historia, la geografía, pero también las matemáticas, la gramática y la ortografía. Por ejemplo, André Rossignol estaba en contra de los dictados.
Dada la tasa de éxito de su innovador método, deciden compartirlo, de forma artesanal y autofinanciada. En ese momento, aún no sabían que su herramienta educativa estaría disponible en todas las escuelas de Francia 4 años después .
Desde entonces, Les Éditions Rossignol han cerrado sus puertas. Pero no podíamos dejar que se extinguiera una historia tan hermosa, de la que nos enorgullecemos de ser una suerte de continuidad.
